domingo, 17 de octubre de 2010

No, en serio, gracias.

Gracias, chicos, por este Fin de Semana tan jodidamente maravilloso.

martes, 5 de octubre de 2010

Caos.

Llegado el punto en el que es inminente olvidarte y no veo más que muros a mi alrededor me toca hacerme algunas preguntas.
¿Tú también sentías que éramos especiales? ¿Podías notar como el mundo se paraba en nuestros besos? ¿Tú podías leerme y sentirme como yo lo hacía contigo? ¿Fuí la única estúpida a la que le temblaba el cuerpo entero en nuestros abrazos? ¿Tú también veías mi alma? No creo que te embobases nunca con una foto nuestra como me pasa a mi...
Quizá puedas pensar que causábamos caos, y que eso nos llevaba al desorden. Pero no puedes estar más equivocada. Sí, causamos caos tan solo con que se chocaran nuestras miradas, pero el caos es bonito, el caos no lleva al desorden. El desorden es una alteración del orden, cosa que nunca tuvimos ni pudimos perder. En cambio, el caos era maravilloso, era todo tan fino, delicado y efímero, que en cualquier segundo todo podía cambiar y he llegado a la conclusión de que eso no fue malo. Podíamos pasar de los más refinados modales de amistad simpática a estar devorándonos a besos sin ética, prejuicio, orden o moral alguna. Y eso me encantaba, me ponía la piel de gallina saber lo inesperada o desesperante que podía llegar a ser la situación una vez nos quedábamos a solas.
Creo que ahora es cuando me toca decirte adiós.