domingo, 31 de enero de 2010

*Beep... beep... beep*

¡¡PARA DE UNA VEZ!!
- me grita la consciencia, dando espasmos, con cara de circunstancia.
Qué curioso, nunca supe a lo que se referia mi madre cuando me dijo que tenia cara de circunstancia. Y siempre que pasaba de mi, me lo decía.
Doy vueltas en mi habitacion, auriculares raidos, y guitarra al hombro.
Nena, ha llegado la hora del show. - Me susurro a mi misma en mi propia mente.
Mi alma en las cuerdas y mi mente apagada, mis manos gimiendo sobre el mastil y yo fundiendome en el ambiente.
Hacía sólo 2 minutos que había destrozado la habitación a golpes. Todo se volvió oscuro y cuando me di cuenta me había rajado la mano contra el espejo. No había ropa sin descoser, foto sin romper, mueble sin maltratar.
El cigarro que me encendi mientras quitaba la sangre de mi brazo estaba consumiendose solo en mis labios, y el humo me daba en los ojos y lagrimeaba. Cae la ceniza, quema mi ultima camiseta, apago el cigarrillo en el suelo, tiro la guitarra a la cama y salgo.
Dormian tranquilamente, qué sorpresa...
Bebí un trago de cerveza y escupí, estaba tan perdida que no recordaba su sabor.
Me acosté en el sofá junto a mi gato que ronroneaba con las luces apagadas y me encendí un canuto que me encontré a medias. Amaneció rápido antes de que a mi mp3 se le acabase la batería.
- ¿Qué haces aquí? - dijo mi padre sorprendido.
- No me he... mm... he madrugado, ahora voy a desayunar.
- ¿Estas bien? tienes los ojos hinchados y llevas la ropa de ayer arrugada y rota.
- Sí, esque voy cómoda.
No hizo más preguntas.

A mi madre casi le da un infarto al encontrar la habitación destrozada, para entonces yo ya no estaba allí. No recuerdo si entré a clase ese día o no, no... no recuerdo nada más.

sábado, 30 de enero de 2010

El lugar equivocado.

Llevaba horas dormida, había cerrado al máximo la persiana para tener un sueño profundo cuando el telefono rompió el silencio de aquella vacía noche.

-Eemmm.. ¿Quién es? - contestó adormilada como de costumbre.
-Soy yo, siento llamar tan tarde - ella despertó de un salto al escuchar la rasgada voz varonil con la que soñaba noche tras noche.
-Dime ¿qué quieres?
-Te llamo desde una cabina, no tengo mucho tiempo, asique escuchame - contestó más serio que de costumbre, aunque ella sabía que era un buen actor.
-Vale, te escucho.
-He estado pensando, y he tardado cien meses, mil horas y millones de llantos llegar a la solución. Y ahora, paseando por las frías calles de mi pueblo a las tantas de la madrugada me he dado cuenta de lo que nos pasa.
-¿Lo que nos pasa? ¿qúe nos pasa?
-Estamos en el lugar equivocado. Si sueño todas las noches con tus labios, y me pongo a bailar cuando hablamos por algo debe ser, es la distancia quien juzga y corta nuestros hilos. Cancela tus planes para mañana, ya he sacado el billete.
-¿Vienes? ¿A qué hora? - se le dibujó una sonrisa enorme en la cara.
-En el primer tren, cuando... ¡ah! se me gasta el dinero, te quie...


Despertó un tanto mareada, ¿noche de alcohol? Se metió bajo las sábanas... y siguió soñando.

jueves, 28 de enero de 2010

Y tenía tantas ganas como miedos.

Ella luchaba contra si misma pegada a esa húmeda pared de un sombrío callejón. Luchaba para no respirar el aroma de su piel, para que no le diese un vuelco el corazón al rozar sus manos. No por primera, vez se rindió a el forcejeo de su ética, dejó que se derrumbasen los muros de su razón. Tenía tantas ganas de volver a besarle, cojerle del pelo y después, quizá, un roce de muslos... y tenía tantas ganas como miedos, miedo a perderle, a atascarse en el camino, a hacerse daño, a hacerle daño.
Se fueron los ladrones de esperanza, esos que me la secuestraron me la han devuelto de la mano de la madurez y la paz.

.calles.verdes.y.para.desayunar.sonrisas.y.susurros.entre.sábanas.lisas.

miércoles, 27 de enero de 2010

Rock & Roll para ser libres como el viento.

-Oye ¿Y tú qué? Siempre nos estás haciendo la misma pregunta pero... ¿dónde te ves tú dentro de diez años?

-¿Yo? Lo tengo clarisimo. En una casa llena de vidrieras, con 2 perros y dando muchos conciertos. Notando las mariposas en el estomago de antes del Show, el calor de los focos, los gritos de la gente, el escenario bajo mis pies, las cuerdas de la guitarra y los flashes de miles, millones de cámaras bajo mis zapatillas John Smith color canela.

-¿En serio?

-No, ni siquiera me veo a mi misma dentro de 6 meses, tengo todas las papeletas para cagarla pero ¿molaria eh?

-No me jodas.

viernes, 22 de enero de 2010

¿Me estas diciendo que se acabaron los circulos de humo?

Eleno y Paca fueron a la playa el día que cumplieron 9 años. Eleno era un chico solitario, violento y marginado y se invento a su mejor amiga, Paca, y fue la unica que se iba a la playa con él para recoger conchas y sacar la lengua bajo el mar para sentir la sal de la cristalina costa. Ella era distraida, querida por todos, rota y recosida por él que se la encontró una madrugada en la ventana.


Treinta años despues se encontraron en la misma habitación, ni llenos ni vacios, ni despiertos ni dormidos, querian y no querian, lo tenian todo y no tenian nada (ni nada era necesario), eran lo que siempre temian ser... y lo que siempre ansiaron ser.
Hacia falta poca cosa, poca luz, cocacola, marihuana y música.
¡Y las sonrisas! Esas que van acompañadas de una risa enfermiza que hace que te duela la barriguita.
Fue, es y será eterno.

martes, 19 de enero de 2010

Intensidad.

Acorde va, acorde viene. Sentada en el filo de mi cama intentaba componer algo bonito para ti pero ya ni me salian las palabras ni me fluian las notas... Entraste en la habitación saltando como un niño pequeño.
-Te noto triste ¿va todo bien? -me dijiste con una media sonrisa dibujada en la cara.
-Es la guitarra, le pasa algo.
-¿Qué sucede?
-No... no puedo componer nada decente... -dije con la voz entrecortada.
-Estas demasiado tensa, vamos a relajarnos un poco que te he preparado una sorpresa. -me susurraste cogiendome la mano.
Y allí estabamos 10 minutos después, en una bañera llena de espuma, con velas que proyectaban luces de colores por todo el cuarto, Pink Floyd sonando en un viejo reproductor de Cd's y nosotros sin nada que ocultar. Eras mio y yo te pertenecia, no había nadie más en miles, miles de kilometros a la redonda y nuestras risas se colaban por la ventana haciendo bailar a los gatos que nos esperaban fuera.
-Mírame. -te dije seria mientras tú jugabas con la espuma.
-Dime.
-¿Crees en la perfección?
-No, sería como ponerle límites a lo bonito ¿no crees? -me contestaste con voz segura y rasgada por el humo de tu cigarrillo.
-Cierto, no le pongamos límites a lo bonito.
-Pero esque... tu y yo somos muy bonitos ¿sabes? mucho mucho. Eres tan bonita que me haces ser bonito, esta habitación es bonita y este momento es bonito.
-Vamos a la cama, voy a quererte esta noche como no te ha querido nadie.

domingo, 17 de enero de 2010

Escasez de inspiración cercana.

Me retuerzo y estiro mis dedos para tocar el nirvana.

Zumo de naranja fresquito, ceniceros a punto de reventar, sábanas revueltas, olor a fresa en la almohada, el sol arañando las ventanas y tú durmiendo con tanta paz como siempre. Creo que no necesito nada más, estoy casi segura.
Venga, cielo, vamos a prometer algo que jamás vayamos a romper, hagamos tratos sellados con saliva y humo. Sí, ¡vamos a comernos el mundo! Tonterias que hacen que me levante todas las mañanas, cómo la descripción de las cortinas de nuestra futura casa... púrpuras y con dibujos sin sentido ¿vale?

viernes, 8 de enero de 2010

¿Tú crees?

¿Crees en el destino? ¿Crees que está bien guiarse por las corazonadas, la lógica, la razón o los impulsos? ¿Piensas que hemos nacido para conocernos y mimarnos? A veces me siento estúpida por creer en todo esto, pero sigo sin arrepentirme, la verdad.
Siento las canciones que me ponía ella cuando yo era una niña inmantada, puedo sentirlas...
Algún día habrá que echarle narices aunque la vuelva a cagar, es lo que tiene guiarse por las corazonadas ¿no crees?

martes, 5 de enero de 2010

La niña con el pijama de rayas.


Sí, y tenia el pelo rojo y muy bufado a veces. Se ponía todos los dias un candado al rededor del cuello, siempre sabía que significaba mucho más para ella, pero aún no sabía por qué.
Y siempre pensaba en lo mismo al irse a dormir.
Dosis de música, hora de pensar, cigarrito y a la cama, a soñar con lo de siempre. Nunca tuvo muchos amigos, pero sabía mantenerlos.
La niña con el pijama de rayas era desordenada, cabezota, soñadora, amante de lo antigüo, deseosa de lo nuevo, era una yonkie de la música y una enganchada a las fiestas. Salía demasiado pronto y, como siempre se encontraba a alguien que queria escucharla (aunque a veces fuese ella misma), volvia muy tarde a casa. Pero sus padres ya estaban acostumbrados a verla poco y a no saber nada de ella. Eran de esos padres que nunca recuerdan el nombre de los amigos de sus hijas.
Le gustaban las flores, los susurros, las apuestas, los juegos de palabras, la lógica, la nutella, los baños aromaticos, los zapatos raros, las fotos en color sepia.
La niña con el pijama de rayas se fijaba en las mandibulas de la gente, en las manos, las espaldas, las rodillas, la voz. Le volvían loca las narices grandes, no podia remediarlo. A veces pensaba que vivia demasiado rápido, y otras se cuestionaba porqué no vivia aun más al límite. Era demasiado olvidadiza, un día incluso se propuso llevar una agenda siempre encima para que no se le pasase nada por alto... pero se le olvidaba siempre comprarla.
De vez en cuando apagaba el móvil, les mentía a sus padres diciendoles que iba al cine con unos amigos y salía a andar con el mp3 como fiel compañero, se sentaba en cualquier lugar donde no pudiese ver a nadie conocido y se ponía a leer.
La niña con el pijama de rayas hacía conciertos privados para su espejo de cuerpo entero todas las noches. Se colgaba la guitarra bicolor al hombro izquierdo, ponía una canción bonita, se plantaba delante de su reflejo y se ponía a tocar las cálidas cuerdas.
Creo que nunca dejé de amar a esa niña que dormía con un pijama de rayas azules y blancas entreabierto.

domingo, 3 de enero de 2010

Ella era viento y yo metal.

¿Y juntas? Juntas lo somos todo. Podemos ser lo que más nos apetezca, y los colores bailan y chillan en nuestras mentes cuando nos acercamos un poquito, porque tú y yo, nena, causamos explosiones.
Yo no fui nunca a llorarte porque sé que no podria, porque sé que en seguida me darias un mimo y reiriamos risueñas como dos niñas pequeñas.
Ella y yo fuimos muy diferentes y eso nos hizo identicas. Mi muñeca de fina porcelana que he de proteger con uñas y dientes, para que mi alma no deje de sonreir nunca.
Y por más que lo pienso, jamás imaginaria que el tiempo fuese tan buen compañero de viaje para nuestras aventuras y desventuras, nuestras lágrimas y risas, nuestros bajones y subidones, nuestras locuras y nuestras reflexiones, nuestros abrazos y nuestras malas caras.
La armadura de mi partitura, las patatas fritas en mi hamburguesa, mi cigarrito en las noches de verano, mi tú.

Pinceladas a mano alzada.

Y mi corazón escondidito en un rincón con miedo a salir volando.
Cada suspiro, cada parpadeo era eterno para mi. Será que me lo paso genial apagando todas las velas que iluminan el camino.