sábado, 30 de enero de 2010

El lugar equivocado.

Llevaba horas dormida, había cerrado al máximo la persiana para tener un sueño profundo cuando el telefono rompió el silencio de aquella vacía noche.

-Eemmm.. ¿Quién es? - contestó adormilada como de costumbre.
-Soy yo, siento llamar tan tarde - ella despertó de un salto al escuchar la rasgada voz varonil con la que soñaba noche tras noche.
-Dime ¿qué quieres?
-Te llamo desde una cabina, no tengo mucho tiempo, asique escuchame - contestó más serio que de costumbre, aunque ella sabía que era un buen actor.
-Vale, te escucho.
-He estado pensando, y he tardado cien meses, mil horas y millones de llantos llegar a la solución. Y ahora, paseando por las frías calles de mi pueblo a las tantas de la madrugada me he dado cuenta de lo que nos pasa.
-¿Lo que nos pasa? ¿qúe nos pasa?
-Estamos en el lugar equivocado. Si sueño todas las noches con tus labios, y me pongo a bailar cuando hablamos por algo debe ser, es la distancia quien juzga y corta nuestros hilos. Cancela tus planes para mañana, ya he sacado el billete.
-¿Vienes? ¿A qué hora? - se le dibujó una sonrisa enorme en la cara.
-En el primer tren, cuando... ¡ah! se me gasta el dinero, te quie...


Despertó un tanto mareada, ¿noche de alcohol? Se metió bajo las sábanas... y siguió soñando.

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