jueves, 28 de enero de 2010

Y tenía tantas ganas como miedos.

Ella luchaba contra si misma pegada a esa húmeda pared de un sombrío callejón. Luchaba para no respirar el aroma de su piel, para que no le diese un vuelco el corazón al rozar sus manos. No por primera, vez se rindió a el forcejeo de su ética, dejó que se derrumbasen los muros de su razón. Tenía tantas ganas de volver a besarle, cojerle del pelo y después, quizá, un roce de muslos... y tenía tantas ganas como miedos, miedo a perderle, a atascarse en el camino, a hacerse daño, a hacerle daño.
Se fueron los ladrones de esperanza, esos que me la secuestraron me la han devuelto de la mano de la madurez y la paz.

.calles.verdes.y.para.desayunar.sonrisas.y.susurros.entre.sábanas.lisas.

1 comentario:

  1. lo que ella no sbia es que cada noche sus sueños se llenaban de metas por cumplir..

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