martes, 18 de mayo de 2010

El fin de todo lo anterior.

Estoy durmiendo incómodamente en mi óxidada cama cuando me despierta un ruido hueco. Abro los ojos y el sol que entra por mi ventana me quema las retinas, es entonces cuando descubro que ese sonido fue la puerta de casa abriendose. ¿Qué hora es? Miro a mi izquierda buscando un reloj y sólo encuentro trozos de la noche anterior, recuerdo que puse el despertador muy temprano pero aun no había sonado...
Salgo a tiempo como para detener el paso a ese cuerpo vacío que vive a mi lado y pretendía salir a alimentar un poco la locura de ambos.
Por un momento le odio, y me odio a mi misma por hacerlo.
Recapacito, pienso con los ojos cerrados.
Le amo, le debo proteger, me insulta, desisto...
Busco una solución que termine de una vez con todo y me llevo las manos a la cabeza.
Pienso en todas las anteriores veces en las que dije "será la última vez" y me hundo clavando mis rodillas en el suelo.
Me aparto el pelo de la cara y noto que mi piel apesta a desinfectante.
Debería titular esto el "Fin de la cuarta parte", si nos dedicamos a ser seres de costumbres.
Pero ya no, no habrá quinta parte, es el fin de todo lo anterior.

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