sábado, 12 de junio de 2010

De sueños y esperanzas...

Ella descansaba profundamente en su cama cuando le despertó aquella voz acaramelada de niña que le hablaba otras veces desde su ventana. No tardó en reconocerla y abrió sus ojos para introducirse en una espesa oscuridad, a excepción de un par de velas en un escritorio. Lo sintió por un momento y le pareció un sueño, asi que cerró los ojos de nuevo y aspiró fuertemente para notar ese cálido aroma a sal. Palpó sus alrededores y encendió una lámpara. No había nadie en la habitación, se asomó tropezando a la ventana y vio un tranquilo mar a varios pisos de altura. Había vuelto a soñar con su voz, menuda novedad... pero eso no hacía que se hundiese ni se lamentase de lo mucho que la echaba de menos, ahora sonreía frente la salada brisa que agitaba sus rizos apoyada en el balcón pensando en ella. No se molestó en ponerse pantalones y a saltos salió hacia la cocina para prepararse un café. Encontró una nota y reconoció la caligrafía de las buenas noticias escritas en ella. Se relamió los labios y bebió un trago largo de café con leche. Cogió la falda que descansaba en la silla desde la noche anterior, se la colocó puerilmente y se fue a la estación con sus esperanzas en una cajita para que nadie más se las secuestre nunca, nunca.

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