viernes, 25 de diciembre de 2009

Vamos, mi amor, bailemos un twist.


Se abrió la puerta tan lentamente que noté como mis piernas temblaban debajo de mis anchos pantalones. Me miraste y con una media sonrisa me pusiste los pelos de la nuca de punta, como cuando me tocaste las manos sin querer o como cuando te miré y me estabas mirando... te estabas mordiendo el labio inferior con tanta ternura.
He asumido ya lo peligrosa que es la situación, y esque estoy jugando con fuego y me estoy metiendo directamente a la boca del más feroz lobo. No existe la gravedad cuando me miras, y floto y bailo en el aire de cualquier habitación que se haya llenado de humo inesperadamente. Subo, bajo y bailo, y no hay más compañia que mi alma de luces de mil colores. Me arde la espalda con un inesperado abrazo o una muestra de tu rareza que tan loca me vuelve. No se decepciona el que no se ilusiona, o eso dicen por ahí.
Pero jugar con fuego nunca fue tan agradable, ya que tu fuego me deja quemaduras que me arrancan mil sonrisas, hacen que mi alma baile, mis manos bailen twists nerviosas y mis labios sufran de ser tan mordidos.

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