miércoles, 22 de diciembre de 2010

Colosal Iván.

Sé que corre en contra mía, que el tiempo muere en cada instante... Y a usted parece no importarle malgastarlo conmigo. Envidio el viento que la roza, envidio el toque de su ropa... Hacer sonar la melodía que un día yo soñé poder tocar, que un día yo soñé...
Veo grabado en sus retinas que aún no es tiempo de marcharse y entiendo que su despedida sería no volver a verla más, sería no volver...
Volver, como volvimos una vez... volver como volvió el tiempo a mi reloj. Píenselo bien, algunas cosas se pararon porque usted igual me dio... motivos para no volver jamás.



Quizá lo encontreis ridículo, pero he crecido escuchando la voz del gran Ferreiro, desde bien pequeñita, y sólo sabe decir verdades a gritos. Dudo mucho que yo fuese la misma persona de no haber tenido tanta suerte. Gracias, mamá.

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