-¿Quién es? ¡Son las tantas de la madrugada! - soltó con un agudo chillido tan borde como de costumbre. (Un consejo, nunca le despiertes si no es suavemente)
-¡Baja ahora mismo, por favor!
-¿Qué coño dic...? ¿Elm, eres tú?
-Sí, oye...
-¿Qué quieres? Es muy temprano, joder...
-Vamonos o no llegaremos a tiempo.
-¡Si no habiamos quedado!
-Lo sé, pero se nos hace tarde.
-¿Para llegar dónde?
-Donde sea, lejos, muy muy lejos, las dos solas y no volvamos nunca ¡nunca más!
-¿Has bebido, verdad?
-¡No! Escucha, te hablo en serio, he cogido el coche de mi padre y dinero suficiente para gasolina y comida para un mes o más.
-¿Te has vuelto loca? ¿Y las clases? ¿Y mis padres? Ademas, ¿Cómo coño vas a conducir un coche?
-No hay nadie por la carretera, aprenderé pronto, he venido hasta aquí, no me dejes así. Vamonos, estoy harta de... de esto.
-¿Harta de qué?
-¡De todo! Necesito ver cosas nuevas, lugares nuevos, olores nuevos, sabores nuevos, colores diferentes, sensaciones nuevas... quiero vivir un poco, un poquito al menos. Y no puedo si no es contigo ¡Se me va a morir el alma si permanezco en esta carcel un día más!
-Ey pequeña... no.. no llores ¿vale? Sube, qué te preparo café con tostadas y nos fumamos un piti tranquilas.
-No puedo más... - dijo derrumbandose y echandose a llorar.
Bajó a por ella a su portal y la subió casi en hombros. 45 minutos despues estaban ya lejos, sin soltarse de la mano, la música demasiado alta en el coche, cuando empezó a amanecer dentro de ellas mismas... aunque aún estaba de noche.

-
No hay comentarios:
Publicar un comentario