lunes, 15 de febrero de 2010

No sé porque lo dije un martes de madrugada.

-Mamá, ¿puedo confesarte una cosa?
-Dime. - soltó con desgana atendiendo a otra tarea.
-Cuando duermes das miedo, apenas respiras y estás tan tranquila que... da miedo ¿sabes?
-Por eso deberias dormirte antes que yo.
-Esque, todas las noches, tras dar vueltas en la cama, voy a apagar la luz de tu mesilla y te doy un beso, para comprobar tu aliento.
-¿Mi... aliento?
-Sí, no podría soportar la idea de seguir sin ti. Vamos, esque no podría existir sin ti. ¡Zas! Me descompondría, desaparecería, mis atomos se esfumarian, chas. Por eso me duele que siempre estemos de morros, porque algun día desapareceremos.

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