domingo, 21 de febrero de 2010

E sarà bellissimo.

Aquella niña perdida puso atención en los chasquidos de la lluvia y, levantandose, se rompió uno a uno los huesos del alma oyendo un sonido hueco de sus pies golpeando el suelo helado.
Una vez hergida miró su reflejo en aquel sucio espejo y, por primera vez, se habló:
-No puedes seguir así... mirate, cosiendo madrugadas, pensando siempre "y si mañana pasase..." y jamás ocurre. ¡Há! ¿Quizá aspiras demasiado alto y no eres más que una hormiga entre gigantes? No lo habias pensado ¿eh? ¡Pues ya es hora!
No hizo ningún esfuerzo para luchar contra las lágrimas que recorrieron sus mejillas rosadas.
-Joder... no quiero mandarlo todo a la mierda... dios, no, no puedo llorar. Así, así. Mañana madrugaré, y pensaré en él, y será bellísimo, y quizá hablemos o me pida un cigarrillo por la calle. Puff... qué asco. Quiero dormir hasta verano, por favor...

Se tumbó en la cama haciendo ruido, le dió tres caladas a su último porro y lo apagó con rabia. Bebió de la botella de vodka que guardaba en el armario. Apagó las luces y, sin darse cuenta, pensó en un bonito amanecer.

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