viernes, 7 de enero de 2011

We have got to take cover, Brother.

Llevo no se cuántos días ya con las mismas melodías en mi cabeza, melodías muy concretas que, quizá, signifiquen algo más que unos acordes, unas escalas, batería firme y una voz dulce y sincera. Me obsesiono demasiado con el significado de todo.
Mi nueva compañera de piso ya está camino del portal, con sus ropas al hombro, una gran desconocida, eso es lo mejor de todo.
Vuelvo a la rutina con más ganas que nunca, hacerlo más que por mi, por ellos, por los que me lo han dado todo en esta vida, los que yo pensaba que sólo me asfixiaban y oprimían...
Qué de vueltas da todo, sin parar, me hace gracia la sensación que se tiene cuando piensas "¿Quién me iba a decir a mi que iba a terminar así con esta persona?" Amándole, envidiándole, confiando en ella o follándotela en cualquier portal. Odiando, echando de menos a esa persona, no sé... quién te iba a decir a ti todo esto cuando le miraste a los ojos por primera vez, ¿verdad?
Es una reflexión de la que me alegro y me entusiasma, es el caos en su estado más puro, el azar de las relaciones no siempre sentimentales.
Pero como todo lo que nos gusta en esta vida, por duro que nos sea de reconocer, también me asusta y me aterra la simple idea de no poder controlar ciertos actos, palabras o gestos.
Sí, vale, estoy derivando, estoy dejando simplemente que mis dedos se deslicen por las amarillentas teclas de mi ordenador, pero necesitaba hacerlo, hacía tiempo que no lo hacía y... joder, no lo recordaba!
Y me tengo que ir!

1 comentario:

  1. Me encanta esa canción, fue la primera que descubrí de The Organ, son tremendas...ahora me ha dado por la de I am not surprised :)

    Besos!

    ResponderEliminar